“En la ‘enfermería’, dos chicas de tercero medio pasan allí el día, limándose las uñas y arreglándose el pelo. Se hacen trenzas, se tiñen el pelo y se maquillan. Ofrecen sus servicios de peluquería a las demás niñas, pero hasta el momento solo sus melenas son las que han pasado de café oscuro a un rojo verdoso bastante extraño. Los del Centro les repiten que se pueden hacer turnos, que no es necesario que estén ellas haciendo guardia a todas horas. Pero ambas resoplan: dicen que como van a estudiar medicina son las que están mejor preparadas”.